DE LA NADA A LA GLORIA

Como ya hemos deslizado por ahí, el tema del fútbol es algo ajeno a nuestra cotidianeidad (no seguimos el fútbol argentino ni nada de eso) pero este espíritu mundialista produce un extraño fenómeno de interés inmediato y excesivo por saber que pasa en el mundial con la celeste y blanca. Está bueno. Creo que es una pasión no contaminada por la idiosincrasia del hincha argentino defendiendo los colores de su club. Una pasión sana que dura 30 días al menos. ¡Vamos Argentina!